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El futuro de las Cajas: Entidades más sociales y participativas

Desde sus orígenes, ADICAE ha estado comprometida por unas Cajas de Ahorros al servicios de los usuarios y los ciudadanos. El hecho de que sean entidades de crédito y deban adaptarse a las condiciones que impone la realidad no debe hacerles perder la perspectiva de su verdadera naturaleza. De lo contrario, ¿qué diferencia existe entre bancos y cajas? La regeneración de muchas cajas debe pasar por un cambio de actitud y objetivos. ADICAE propone unos mínimos para que puedan ser consideradas, de verdad, como “entidades sociales”.

Reconvertir las cajas en Instituciones financieras sociales

Fomentar el ahorro y el consumo responsable

El proceso de “bancarización” de las cajas de ahorros de los últimos años, que las ha llevado a representar más del 50% del sistema financiero, ha homologado la operativa de bancos y cajas, oscureciendo el “rostro social” de éstas. Hay que aprovechar la crisis para reconvertir estas entidades. Las cajas de ahorros, por contra, han conseguido siempre un mayor reconocimiento, bien sea por haber sido en su origen los instrumentos de ahorro de las capas más desprotegidas de la sociedad, bien por mantener aún vivo, un mínimo carácter social, a través de sus obras sociales y culturales. Para ello tendrían que propiciar una cultura efectiva del ahorro, tan necesaria, por otro lado, en la economía de nuestro país y de la que se ha olvidado durante estos últimos años, endeudando a los consumidores.

Una obra social amplia, moderna y con renovada función social

Mayor compromiso con los problemas reales

Es preciso que las cajas doten un porcentaje mayor de sus beneficios a obra social, para alcanzar por lo menos el 40% de los mismos, porcentaje éste muy alejado del promedio del 20% actual en la mayoría de las cajas, y que aquella sea más extensa, adaptándola a las nuevas demandas de la sociedad, y modernizándola. Si se comparan los porcentajes de los beneficios que cada una de ellas destinaron a Obra Social, se comprueba que en 2009 la más generosa fue Caja Rioja (casi el 40%), seguida de La Caixa (37,6%) y de Caja Navarra, Caja Cantabria, Caixa Galicia y BBK (las cuatro, entre el 33% y el 30%). En los puestos de cola se encuentran Unicaja (apenas destinó un exiguo 19% de sus beneficios a Obra Social) y la Kutxa guipuzcoana, con un mediocre 21%.

Las cajas de ahorros pueden desempeñar un papel decisivo en el desarrollo económico y social a través de un mayor compromiso con los ciudadanos y clientes que más problemas están teniendo por impago de hipotecas, etc

Verdadera participación de los impositores y democratización

El Gobierno de las Cajas en manos de sus verdaderos dueños

La representación de los Impositores en los Órganos de Gobierno de las Cajas, organizados a través de asociaciones de Usuarios como ADICAE, es la única garantía del cumplimiento de su naturaleza social que impide la privatización que pretenden desde hace años ciertos sectores, que suspiran por el ingente patrimonio de las Cajas de Ahorros. Para esto hace falta un funcionamiento estatutario correcto y que impida la manipulación a que se ven sometidos los procesos electorales desde la implantación de la LORCA (Ley de Organos Rectores de Cajas de Ahorros).

Motores económicos: apoyo a la iniciativa empresarial más moderna y la creación de empleo

Por una economía Social y Sostenible

Las cajas de ahorros obtienen todos sus beneficios de sus zonas de actuación, y por tanto les corresponde ser un motor de desarrollo económico regional, por lo que deben centrar todos sus esfuerzos y sus principales objetivos en el apoyo a la economía más cercana. En una economía globalizada no pueden perder su contacto con lo “local”. Por eso tienen que hacer un esfuerzo de apoyo financiero a sectores que modernicen nuestra economía y se alejen de modelos especulativos ruinosos y de corto alcance como el ladrillo.

Colaborar con las instituciones públicas sin caer en la dependencia política

Compromiso por el bien común sin clientelismos

En todas las regiones, los ayuntamientos y otras instituciones tienen grandes necesidades, y por eso las cajas de ahorros, como grandes entidades financieras regionales que son, deben jugar un papel decisivo para facilitar la realización de proyectos socialmente necesarios y de amplia repercusión económica y territorial.

Hay que mejorar la atención al usuario

No abusar ni esprimir a los clientes

La innovación de productos y servicios debe pensar siempre en el beneficio de los usuarios y no, como se ha venido haciendo hasta ahora, al servicios exclusivo de su cuenta de resultados sin importar la forma de venta o la inclusión de cláusulas perjudiciales en lso contratos. Es necesario que se identifiquen plenamente con su clientela, poniendo toda su estructura y sus medios de innovación al servicio del cliente. La renovación y optimización de los falsos “servicios de atención al cliente” y el “Defensor del Cliente”, en conjunción y colaboración estrecha con las asociaciones de consumidores y usuarios, es una exigencia de futuro y un verdadero sello de distinción de los bancos. La incorporación de las cajas al Sistema Arbitral de Consumo, método sencillo y gratuito para resolver cualquier problema con los clientes, debe ser una baza de modernización y competitividad.